Iztaccíhuatl: la extinción del glaciar Ayoloco y la placa con la que la UNAM marcó el lugar dónde existió

El 22 de abril de 2021 en el contexto del Día Mundial de la Tierra, expertos de la UNAM escalaron el volcán Iztaccíhuatl en el centro de México para colocar una placa que deja constancia de la extinción del glaciar Ayoloco.

“A las generaciones futuras: Aquí existió el glaciar Ayoloco y retrocedió hasta desaparecer en 2018. En las próximas décadas los glaciares mexicanos desaparecerán irremediablemente. Esta placa es para dejar constancia de que sabíamos lo que estaba sucediendo y lo que era necesario hacer. Solo ustedes sabrán si lo hicimos”.

Placa de la UNAM colocada en el lugar donde existió el glaciar Ayoloco.

Hugo Delgado Granados, investigador del Instituto de Geofísica (IGf) y Anel Pérez Martínez, directora de Literatura y Fomento a la Lectura de la Coordinación de Difusión Cultural, acompañados por vulcanólogos y montañistas de la UNAM, escalaron el coloso para instalar, este Día Mundial de la Tierra 2021, la placa firmada por la UNAM

Placa de la UNAM en el Iztaccíhuatl, por extinción del glaciar Ayoloco

¿Qué son los glaciares?

Los glaciares son masas de hielo que permanecen en las cumbres de las montañas durante por lo menos un año; su importancia ecológica radica en la generación de agua dulce en la Tierra. En el caso de México disminuyeron durante el siglo XX y sus afectaciones se han acelerado en las últimas dos décadas.
 
Debido al cambio climático y la influencia de la actividad humana, las temperaturas que normalmente conservaban estos cuerpos de hielo han cedido ocasionando su desaparición, como fue el caso del Ayoloco.

No todas las masas de nieve o hielo se denominan glaciar; por ejemplo, el casquete polar del norte es un cuerpo de hielo aunque no es glaciar. Un glaciar es toda aquella masa de hielo que tiene una serie de características, principalmente una dinámica que incluye movimiento desde la altura hacia niveles más bajos y un régimen de pérdida y ganancia, definió Delgado Granados. La ganancia es todo lo relacionado con la precipitación sólida (nieve, granizo, ventisca).

La altura a la cual comienza a formarse un glaciar depende de la latitud. Por ejemplo, a nivel de los polos, la altitud es prácticamente el nivel del mar, pero en el Ecuador los cuerpos de hielo se localizan por encima de cinco mil 700 metros.

En México, las temperaturas que favorecen la permanencia del hielo aparecen alrededor de los cinco mil 200 metros. Esto significa que en cualquier montaña a esa latitud, donde hay precipitación pluvial puede encontrarse un glaciar. Lamentablemente el país solo cuenta con tres montaña de esta altura: el volcán Popocatépetl, cuyos glaciares se han extinguido por la actividad eruptiva, la mujer dormida y el Pico de Orizaba, que ya han perdido algunos de sus glaciares.

“Si la lluvia cae en algún momento del año, se transforma en nieve y poco a poco se convierte en hielo de glaciar. Éste tiene básicamente la misma estructura de la nieve, aunque con aire contenido, mientras que en el hielo del glaciar ha desaparecido todo el aire. De ahí que haya diversas características para considerar a un glaciar como tal.

Erase una vez, el glaciar Ayoloco del Iztaccíhuatl en México

El glaciar Ayoloco, ubicado en la cumbre del volcán Iztaccíhuatl, fue uno de los cuerpos de hielo permanentes de México.

El antes y el después de la zona dónde estaba el glaciar Ayoloco en la «mujer dormida».

Ayoloco fue uno de los glaciares más emblemáticos del país, visible desde el Valle de México.

Además de su importancia ecológica y ambiental, este glaciar ha sido protagónico en las artes visuales, fotografía, filmografía y, en particular, en la literatura mexicana. La presencia de los volcanes es inherente a la identidad artística, histórica y cultural de la Ciudad de México y de los estados de Morelos y Puebla.

Fotos: Así era el glaciar Ayoloco

Con motivo de la colocación de la placa, la UNAM compartió fotos de cómo era el glaciar Ayoloco.

glaciar ayoloco en el Iztaccíhuatl
Foto: UNAM
extinto glaciar Ayoloco en México
Foto: UNAM
desaparecido glaciar ayoloco
Foto: UNAM
glaciar ayoloco en la mujer dormida
Foto: UNAM

Las consecuencias de la extinción del glaciar Ayoloco

Delgado Granados advirtió que el principal efecto de su extinción es la disminución de la cantidad de agua a la que tendremos acceso; además, sin las masas grandes de hielo de la parte alta de las montañas, la temperatura se incrementa, de manera adicional, a  escala global e inhibe las precipitaciones.

“Esta pérdida impactará de manera definitiva en el curso del agua, la flora y la fauna al ser en estas cumbres donde se origina el líquido”.

Hugo Delgado Granados, investigador del Instituto de Geofísica, UNAM.

El investigador mandó un mensaje en este Día Mundial de la Tierra 2021. Refirió que la perspectiva de proteger a la Tierra es correcta. Sin embargo, lo importante es que preservar el ambiente tiene como consecuencia “cuidarnos a nosotros mismos, como especie. Si no cuidamos a nuestro planeta, éste va a seguir existiendo; los que no vamos a seguir existiendo somos nosotros. En la medida que lo protejamos, tendremos la posibilidad de darles un mejor mundo a quienes nos siguen, a nuestros hijos”.

Cuando desaparezcan todos los glaciares del Iztaccíhuatl ocasionarán, al mismo tiempo, un cambio en el clima local por una sencilla razón: el color claro de la nieve y el hielo reflejan la radiación solar, pero si desaparecen estas masas sólo quedará la roca desnuda que, en vez de reflejar la radiación, la absorberá. Así podría haber un aumento de temperatura adicional, lo que hace que el clima cambie en las mismas cumbres.

Esa situación, planteó, debe considerarse seriamente porque es irreversible, de ahí que el género humano tenga que buscar la manera de adaptarse a cambios: el climático, la temperatura y en el tipo de precipitación pluvial. Asimismo, evitar la erosión y para hacerlo hay que reforestar y conservar las áreas verdes.

El Iztaccíhuatl y su imagen vestida de blanco en la cultura mexicana

En la colocación de la placa participó Anel Pérez Martínez, directora de Literatura y Fomento a la Lectura de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, quien afirmó que “ésta no es una placa de honor, es una placa del deshonre, de la vergüenza que nos da, no el cambio climático, sino la emergencia climática”.

La reconocida académica además externó que las montañas son hechos geológicos, pero también culturales. “Tenemos una relación con el paisaje, una relación religiosa, espiritual, emocional, económica y, desde luego, histórica”.

Con la colocación de la placa, con motivo del proyecto universitario México 500, que intenta “hallar el pasado en el presente», se pretende encontrar las marcas de este volcán al que nombramos Iztaccíhuatl, que en el pasado fue una “mujer dormida” llena de referencias relativas a la blancura y la nieve, pero que hoy es del color de la tierra debido al cambio climático y la desaparición de los glaciares.

Fotos: El antes y el después del glaciar Ayoloco

En un estudio fotográfico comparativo, Jürgen Hoth documentó año con año la desaparición del glaciar Ayoloco, que desde la cima de «la mujer dormida», brindó sus beneficios al valle de México.

«Es como visitar a un entrañable amigo en fase terminal. Escuchar los arroyos y cascadas del deshielo es como intercambiar las últimas sentidas conversaciones».

Jürgen Hoth
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