Hoy en día la imagen de Santa Claus gordito, barbudo, de rostro bonachón y vestido de rojo está arraigada en el imaginario colectivo de los mexicanos y el cariño e ilusión con la que lo esperan los niños están ampliamente extendidos en el país, sin embargo, no siempre fue así e incluso se intentó enraizar la idea de que el dios prehispánico Quetzalcóatl fuera el encargado de llevar juguetes y regalos a los peques en Navidad.
La idea surgió del mismísimo presidente de México de ese entonces, Pascual Ortiz Rubio, quien en realidad era la imagen pública del poder Ejecutivo, sin embargo, quien en realidad movía los hilos del gobierno y la política en esa época era el expresidente Plutarco Elías Calles, en lo que se conoció como «el maximato».
Corría el año de 1930, era la etapa posrevolucionaria y México vivía el inicio de la formación de la identidad nacional que rescataba los valores, símbolos y personajes de las culturas prehispánicas y el arte popular en contraposición de la exaltación al arte y cultura europea, especialmente la francesa, que impulsó Porfirio Díaz durante su dictadura de 30 años.
Fue justamente dentro de esa formación de la identidad mexicana posrevolucionaria que se forjó la visión de un mexicano que se burla de la muerte, que la celebra y vive el día de muertos lleno de color y algarabía.
Justo coincidió en esa época los años en que la empresa Coca-Cola decidió recurrir al personaje mítico de Santa Claus para una campaña publicitaria de Navidad. Fue justamente el dibujante estadounidense, Habdom Sundblom, trabajador de la compañía refresquera quien definió la imagen que hoy en día conocemos de Santa Claus: gordito, barbudo, bonachón y vestido de rojo.
El año que Quetzalcóatl fue el Santa Claus de los niños mexicanos
Así que aún con una insipiente penetración del símbolo de Santa Claus en México y con el firme propósito de impulsar las raíces prehispánicas del país, fue posible que ese año de 1930, los niños recibieran regalos del Dios Quetzalcóatl, la serpiente emplumada.
En noviembre de ese año, el secretario de Educación, Carlos Trejo y Lerdo de Tejada dio a conocer que esa Navidad, el dios azteca, que entre los mayas era denominado como Kukulcán, sería el símbolo de la Navidad.
De acuerdo con las publicaciones de los periódicos de ese entonces, así fue el anuncio:
“Ayer tuve el honor de comer con el señor Presidente de la República y durante la comida acordamos la conveniencia de sustituir el símbolo de Santa Claus por el de Quetzalcóatl, divinidad que sí es mexicana»
Carlos Trejo y Lerdo de Tejada
Entre las publicaciones de los diarios de la época hay testimonio de cómo se instaló una replica de un templo a Quetzalcóatl para hacer una entrega de juguetes a niños pobres.
Hubo polémica, pero Quetzalcóatl fue el Santa Claus en México en 1930
El historiador Alejandro Rosas, en su libro «México Bizarro», cuenta que “la sociedad se opuso por completo a la disposición oficial, no por defender al todavía no tan popular Santa Claus, sino porque la Navidad era una celebración católica”.
Poner a un dios pagano como símbolo de Navidad, el día que los católicos celebran el nacimiento de Jesús, resultó en una disposición rechazada por la población.
Y si además se eligió al dios prehispánico que es representado con una serpiente, animal que dentro del credo católico-cristiano representa el mal, la tentación de Adán y Eván y de Jesús en el desierto, pues la mesa sin duda estaba más que puesta para la polémica en México.
Cabe destacar que también hubo voces públicas que apoyaron que Quetzalcóatl fuera el símbolo de esa Navidad.
“En estos días se ha desencadenado una tempestad en un vaso de agua por la idea lanzada a todos los vientos por el señor Presidente de que se sustituya al viejo Santa Claus por el simbólico Quetzalcóatl. Hay quienes tildan la idea de antirreligiosa o de chocarrera; y ninguno ha justipreciado la idea patriótica de lanzar uno de nuestros más queridos y gloriosos mitos a la veneración y a la popularidad. Aseguran que la universalidad de Santa Claus le da el derecho de permanecer en la imagen de los mexicanos y que sería una profanación desarraigarlo de las imaginaciones infantiles”.
Rubén M. Campos, escritor e investigador en El Universal
Así fue la Navidad de Quetzalcóatl en México
Fue en el Estadio Nacional, donde el gobierno de Pascual Ortiz Rubio instaló un escenario con una representación de un templo en honor a la serpiente emplumada.
Desde ahí, la primera dama, Josefina Ortíz repartió juguetes y regalos a niños pobres. El evento estuvo amenizado con una procesión de hombres que personificaban sacerdotes, guerreros y bailarinas en un rito en honor a Quetzalcóatl”.
Al finalizar el evento, «se ejecutó el himno de Quetzatcóatl”, narró el periódico El Informador.
El origen de Santa Claus
Ya dijimos que la imagen que tenemos hoy en día de Santa fue moldeada por un dibujante para una campaña de Coca-Cola.
Habdom Sundblom trabajó a partir de un gnomo barbudo, de talla gruesa, vestido con pieles de un tono rojizo. Era la ilustración del aleman Thomas Nast.
Aquella primera ilustración de Santa Claus data de 1863, según el libro «Breve historia de la Navidad» de Francisco José Gómez Fernández.