Aline Torres | InfOriente
Los cambios sociales, económicos y culturales que ha vivido México representan, actualmente para las mujeres, el reto de ser personas multitareas: trabajadoras, madres y esposas. Está es la situación que llevó a Karen Corona de la Isla, diseñadora gráfica de profesión, a dejar de lado una oportunidad laboral que le redituaría 18 mil pesos al mes.
“El sueldo era bueno, pero significaba estar fuera todo el día, ya no iba a ver a mi hija”. Sin embargo, Karen, quien es madre soltera, convencida de que el desarrollo laboral no debe significar sacrificio del tiempo con su pequeña de tres años, buscó opciones para emprender su propio negocio.
“No fue sencillo, me acababa de separar de mi pareja y los gastos de pañales, leche y todo lo que necesita un niño pequeño no paraban, estuve deprimida y con autoestima muy baja”. Después de una relación de ochos años –entre noviazgo y convivencia de pareja—en la cual la violencia verbal y el consumo de alcohol por parte del padre de su hija eran la constante, le dio un giro de 360 grados a su vida.
Acudió a terapia con una psicóloga del ayuntamiento de Nezahualcóyotl, se inscribió al Programa de Proyectos Productivos 2011 y logró un crédito que actualmente paga; “casi me puse de rodillas con la persona que accedió a ser mi aval porque no es fácil que alguien ponga su coche o casa para que tu arranques tu negocio”.
Posteriormente accedió al Programa de Apoyo al Autoempleo, por medio del cual el gobierno del estado la apoyó con herramientas de carpintería que le facilitan la operación de su negocio, mismo que espera convertir en una empresa en forma: “que no quede sólo en el comercio de la esquina”.
Actualmente Karen, con una visión emprendedora, vende manualidades diseñadas y elaboradas por ella misma, da cursos gratis con el único requisito de que le compren el material, difunde las actividades del Instituto Municipal de atención a la Mujer, pues es coordinadora de la Casa de Atención número 12, y planea financiar la preparación en manualidades de su trabajadora Fabiola, jovencita de 15 años que por cuestiones económicas no pudo ingresar al nivel medio superior.
Atrás quedaron los trabajos de freelancer que hacía durante la madrugada «porque a la mamá de mi pareja no le gustaba que trabajara, él se molestaba porque tenía la computadora prendida, pero cuando le compraba cosas no decía nada», afirma Karen, quien busca convertir su negoccio en una empresa en forma y cree firmemente en que no sólo se trata de ganancias sino de apoyar a otras personas que lo necesitan.
Para contactar a Karen escribe a kcdiseno@yahoo.com