La Guerra Fría hizo florecer una profesión misteriosa y peligrosa: el espionaje. El grupo encargado de esta labor en la Unión Soviética era la KGB y su espías usaban dientes falsos de cianuro y paquetes de cigarrillos que ocultan una cámara, accesorios que no envidian a los de la ficción de James Bond, ese famoso agente 007 que Hollywood ha popularizado sin tener mucho que ver con el verdadero James Bond de Polonia.
Los accesorios de los espías de la KGB
«Quienes creaban esos objetos fueron realmente pioneros de la miniaturización», comenta Kody Frederick, que compara el «teléfono móvil gigante» para auto, «tan grande como seis ladrillos», con los actuales smartphones, uno de los gerentes de Julien’s Auctions, casa de subastas que ha lanzado un lote de estos objetos de los espías de la KGB.
Gran parte de los objetos que serán subastados el sábado estuvieron en manos de verdaderos agentes secretos y llegaron a Estados Unidos a comienzos de la década de 1990 tras la caída de la Unión Soviética.
Habían sido brevemente reunidos en un efímero «Museo de la KGB» abierto en Nueva York en enero de 2019, pero que cerró debido a la pandemia de covid-19.
Cámaras miniatura
Las cámaras en miniatura causaban furor entre los espías de la KGB durante la Guerra Fría. Se las disimulaba en todo objeto o prenda imaginable: bolsos de mujer, hebillas de cinturón, cepillos para zapatos, anillos, jaulas de pájaros y hasta corbatas.
Los micrófonos
Los micrófonos, otro clásico del espionaje, se escondían en ceniceros, lapiceras o platos de porcelana.
Dientes falsos de cianuro
Casi emblemático en las películas de espías, el falso diente con cianuro, existió. Fue diseñado para romperse cuando se muerde de cierta manera, de modo que los agentes capturados pudieran quitarse la vida si fuera necesario para evitar ser torturados y entregar información comprometedora.
Uno de esos dientes será subastado y se espera un valor de entre 800 y mil dólares.
Paraguas mortal
Entre las piezas se cuenta una réplica del paraguas de punta envenenada utilizado para matar al escritor disidente búlgaro Georgi Markov en Londres en 1978. El valor de ese «paraguas búlgaro» fue estimado entre 3 000 y 5 000 dólares.
Lápiz de labios mortal
Un tubo de lápiz labial que disparaba balas es otro de los objetos que los agentes de la KGB usaban en su labor, sin embargo este objeto no será subastado en cumplimiento de la ley de California sobre las armas de fuego.
Bolígrafo-pistola
Sí, esa pluma que también hemos visto en las películas de espías, también existió. El ejemplar de este objeto que tenía el museo tampoco será subastado.
Objetos fachada
Entre los accesorios que utilizaban los espías de la Unión Soviética había una gran cantidad de objetos con compartimientos para esconder microfilms u otros documentos: gemelos, zapatos de tacos huecos, monedas ahuecadas e incluso «cápsulas rectales».